miércoles, 3 de septiembre de 2014

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"La evasión típica, la evasión mortal... es la esperanza: esperanza de otra vida que hay que "merecer", o engaño de quienes viven no para la vida misma, sino para alguna gran idea que la supera, la sublima, le da un sentido y la traiciona."
-Albert Camus

-G-

Hace mucho tiempo ya, cuando el tiempo dejó de ser eterno y fue mortal; cuando el tiempo ya no fue invencible sino que sangró y sonrió; cuando el tiempo ya no fue impasible sino que lloró y cantó; fue entonces que acariciamos con nuestras manos el alma de un crisantemo, y por un instante, ya ni la mañana le seguía a la noche, ni la noche a la tarde, sino que la vida toda se redujo a un beso, para luego desplegarse en una escena ininterrumpida, como divina maldición, cada vez que el rocío de la noche humedeciera nuestros parpados.
Los cuatro eones condensados en el brillo que destellaban tus pupilas, que dilatadas en la oscura penumbra, arrullaban el frío. Los cuatro eones resumidos en la noche en la que aniquilamos a Cronos y moramos en el Parnaso.
 
Sin embargo, en ese breve triunfo del polvo sobre lo perpetuo, los Moáis nos observaban con su mirada vacía y escrutadora, haciendo que los labios enmudecieran ante el silencio  de una vida sin índigo.
 
Y fue entonces que mis catedrales de granito y ónice se construyeron hacia abajo, mientras que ápices de tu ciudad de cristal y éter se erguían hacia Cumorah. Allí se acababa la esperanza de un feliz horcajo, y entonces el tiempo recobró su brillo sempiterno y la vida su opaca muerte. Allí se extinguía una eventual trascendencia.
 
Pese a todo ello, hay todavía algo de sobrehumano que rescatar en ese cadáver, y es por eso que hay todavía luciérnagas iluminando la senda que lleva de vuelta al sueño.

Built On Secrets - Built On Secrets EP (2008)